Choque de realidades, manteniendo el deseo vivo

 Regresar a Bolivia con la idea de la tierra como material de construcción moderno significó un choque de realidades.

La realidad general en Bolivia es que la construcción con tierra como material de construcción no sirve. Algunos dicen que ya pasó de moda, que es de pobres, que no es estético, es peligrosa. Incluso existe la expresión "construcción con materiales" a las casas hechas de ladrillo y hormigón armado de cemento. 

Todas son solo creencias que impiden la modernización de la construcción con tierra.

Lo cierto es que la tierra nunca pasó de moda. Es un material muy resistente, que tiene una belleza única, muy saludable. En resumen, es uno de los materiales con mayores ventajas al momento de construir de manera sostenible.

Entonces, ¿por qué las creencias negativas predominan tanto la mirada de las personas hacia la tierra como material de construcción?

Explorando esta pregunta descubrí que muchas cosas cambiaron en el ecosistema de la construcción y lograron que le prestemos más atención a otros materiales.

Los sistemas de producción de los materiales industrializados como el cemento, el ladrillo cocido, el acero y otros, se volvieron mucho más eficientes e hizo que estos materiales se volvieran muy baratos. También se volvió más fácil diseñar de manera estandarizada lo que facilitó el trabajo de los arquitectos e ingenieros. 

A esto le podemos sumar que el uso de estos materiales es mucho más cómodo para los albañiles. Avanzan y terminan las obras más rápido lo que significa mayores ingresos económicos para ellos (aunque este punto es discutible).

También aparecieron normas de calidad y reglas de construcción que desfavorecen a la tierra. Un ejemplo es que las normativas ven en la dureza del material una característica muy importante y la valoran mucho. En este punto la tierra siempre estará en desventaja frente al cemento o el ladrillo cocido. Si se toman en cuenta otras características como la flexibilidad del material la tierra gana mucho puntos a favor y es tal vez mejor. Pero para ingenieros y arquitectos es más cómodo a cumplir las normativas.

Teniendo materiales de construcción más fáciles de producir, con ingenieros, arquitectos y albañiles que prefieren su uso y con normativas más favorables, los centros de enseñanza de oficios de la construcción comenzaron a centrarse en el uso de los materiales industrializados de construcción, dejando de lado o relegando la enseñanza en el uso de otro tipo de sistemas.

Por todo esto se fueron perdiendo los conocimientos en el correcto uso de la tierra como material de construcción. Un ejemplo es la producción de adobes. Los adobes de hoy en día tienen menos resistencia que los adobes de antes. Ya no se sabe seleccionar la tierra adecuada para producirlos, no se mantienen los mantienen los procesos de producción adecuados por acelerar la producción y bajar el costo del producto. Esto genera un círculo vicioso, donde los adobes de menor calidad parecen dar la razón a quienes dicen que el material no sirve.

Ante esta realidad fue bastante tentador descartar la idea de poder revivir el uso de la tierra como material de construcción en Bolivia. Sobre todo desde la mirada de un productor de materiales de construcción que también busca tener una ganancia económica.

Lo bueno es que al mantener el deseo y la idea de que es posible, las puertas para nuevas posibilidades se mantienen abiertas. La pregunta se transforma de ¿será posible? a ¿cómo diseñamos el proyecto para que sea rentable?

Casa moderna construida con tierra. Fuente.

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